Los textiles andinos prehispánicos constituyeron el principal soporte material utilizado en la definición y expresión de diversas identidades sociales. Los atuendos, de diario y ceremoniales, cargados usualmente de símbolos con una diversidad de significados, permitieron a los usuarios expresar y reafirmar desde diferencias de género y edad hasta jerarquías políticas e identidades étnicas.

Asimismo, el tejido sirvió como recurso mágico indispensable para que los difuntos pudieran renacer y conservar sus privilegios y poderes en el más allá. Esto último conllevó la producción masiva de textiles finos con iconografía compleja, los que aparentemente no fueron destinados para uso cotidiano, sino que aparecían en todo su esplendor al momento del ritual de ofrenda para luego quedar ocultos para siempre en las cámaras funerarias.